Nuestra hacienda nació hace más de 100 años, cuando el ferrocarril al Pacífico era la única vía para salir de Río Grande de Atenas y nuestros pastos eran ofrecidos con generosidad a los animales de los comerciantes que traían sus productos al tren, para enviarlos a San José, o hacia el incipiente mercado Europeo, vía Limón.
Era tal la comunidad que ahí se detenía, que a la finca de 65 hectáreas se le llamó El Común. Y fue Marcial Vargas Salas, su propietario, quien dispuso que sus tierras tuvieran como principal propósito servir a la gente de todos los alrededores. Ahí no solo se descansaba y se brindaba agua del caudaloso Río Grande de Tárcoles, que atraviesa esas tierras de bosque y frutales, sino que se ofrecía la cura amorosa a las dolencias de propios y extraños, con remedios caseros y plantas medicinales.
Nacida de ese genuino deseo de proveer bienestar, Hacienda Vargasù (la casa de los Vargas, en lengua bribrí), se ofrece hoy como un centro de eventos en Costa Rica, donde cada acontecimiento se convierte en una experiencia enriquecedora por su cercanía con la naturaleza y la vida.